jueves, 30 de marzo de 2017

amistad que entibia corazones



Madres dolientes por la migración de los hijos

La combinación de tres buenas actrices y una historia sencilla dieron por resultado una obra conmovedora y atractiva obra que habla sobre la migración de los jóvenes yucatecos y el  impacto  que esto genera en madres que sufren el distanciamiento de estos seres queridos que marchan sin la seguridad de conseguir sus propósitos ni saber la fecha de retorno.

Con el nombre de “Brisa de fe: testimonial sobre la ausencia”, esta pieza escénica fue estrenada ayer miércoles en el Centro Cultural Olimpo y se repetirá mañana viernes 31 a las 8 de la noche.  Es un montaje de la joven compañía Mayab Mool creada y dirigida por Erik Santoyo Suárez, quien  en apenas seis años de actor, guionista y director teatral logró que su nombre y su trabajo sea reconocidos en el medio artístico.


En este lapso Erik ya creó cerca de diez obras, todas ellas dentro del género de teatro regional yucateco, es decir, dramaturgias que abordan creativamente asuntos locales y la vida de la población peninsular. Y esto lo hace con humor. 

Quienes se inclinan por esta definición rechazan las deslucidas parodias con hombres vestidos de malas mestizas y enfocadas únicamente a generar carcajadas a base de groseros insultos. 


Otros, en cambio, sostienen que estas representaciones también caen dentro del esquema de teatro regional, y otros más expresan que les tiene sin cuidado las definiciones y sólo les interesa la evaluación que arroja la taquilla.

En “Brisa de fe: testimonial sobre la ausencia” se plantea rápidamente el problema de los migrantes yucatecos que dejan las zonas rurales por falta de trabajo y oportunidades que, como se sabe, son consecuencia de pésimos gobiernos. 


El asunto principal de la historia son las madres que sufren la ausencia y soledad de esas partidas. En este caso también se aborda el lazo amistoso que surge en tres mujeres dolidas de la misma desgracia, se expone cómo esta fraternidad las sostiene en las adversidades y tristezas  y humedece con ratos alegres el árido corazón.

La obra narra que esas tres mujeres se conocen en el  aeropuerto, donde dos de ellas coinciden al acudir a despedir a sus familiares. La tercera no acude por un adiós sino por un arribo.  Hace tiempo que ella espera el retorno de su hija, y por ello en determinadas fechas se presenta en la terminal con la esperanza de que esta vez ocurra el milagro y entonces abrace a la muchacha y sepa por qué esta cortó la comunicación y dejó de enviar cartas.


¿Llegará la hija? ¿Por qué esta calló tanto tiempo?  La respuesta a esto no está en el escenario sino a la salida  del teatro, donde el público recibe, al retirarse, copia de una misiva que de pronto recibe la mujer desde el extranjero. Ahí se resuelve el enigma. Si acudes a ver esta obra,  no olvides pedir esa carta, ahí está la contestación.

En esta obra actúan Narda Acevedo, Bertha Merodio y Gilma Tuyub, tres sólidas actrices que hacen disfrutable esta presentación con su vigoroso trabajo escénico. Pareciera que en esta obra ellas compiten por superarse entre sí. 



Las tres son acompañadas, en papeles secundarios, por Karine Sabido Eddu Crespo. El asistente de dirección es Eduardo de la Cruz.

No es la primera vez la compañía Mayab Mool aborda el tema de los migrantes yucatecos.  Lo hizo con la obra “Cómo si estuvieras”, la cual fue la tercera o cuarta escrita por Erik Santoyo, vecino de Oxkutzcab pero radicado en Mérida, donde imparte clases de teatro en la Facultad de Contaduría y Administración. 

Erik llegó al teatro por accidente, pues se graduó en Mercadotecnia y Negocios Internacionales. Desde adolescente le atrajo el mundo artístico, en su pueblo hacía montajes en la parroquia del lugar. Un día participó en un festival en el Palacio Municipal de Oxkutzcab y desde entonces ató su destino al mundo escénico. En 2011 fundó su propia compañía.


Entre las obras que ha escrito están Teléfono descompuesto (sobre los chismes de pueblo), Waay Chichí (sobre el Hanal Pixán), El amor en los tiempos del ch’ot naak’ (romance entre personas mayores), Las mujeres que se pintan (sexismo y empoderamiento femenil), La Dueña del Mercado (elecciones políticas y participación ciudadana), La Vaquería (las fiestas populares en honor del santo patrono) y Celulitis (la modernidad dominada por la tecnología).


Si quieres ver “Brisa de fe” entonces acude este jueves, a las 8 de la noche, al Centro Cultural Olimpo. Los boletos son a $80 (general) y $50 (adultos mayores y estudiantes). 

viernes, 17 de marzo de 2017

Violencia conyugal


Una de sus causas es expuesta en una obra teatral

El nombre de esta obra –“Cazadores de patos”– parece inadecuada, no se relaciona con la dura trama que se presenta al público. Sin embargo, en ese nombre está el  desenlace de la historia, es la llave que abre la puerta para que lleguen las respuestas que surgen en el espectador durante esta escenificación que se ofrece en el Centro Cultural Olimpo.

En ese sentido el título de ese perturbador montaje escénico resulta adecuado, el mejor. Esto lo confirmamos en  el final desgarrante y conmovedor de la historia.


“Cazadores de patos” se estrenó hace 24 años pero su mensaje sigue fresco y actual. Es un drama que puede darse en cualquier parte del mundo.  Su autora –Laura Zubieta– lo ubicó en un suburbio marginado local, en un matrimonio sin hijos donde el esposo luce como el machista golpeador y chantajista que propina maltrato pero casi enseguida cambia y ofrece caricias, jura arrepentimiento y se muestra como niño desprotegido que necesita del regazo amoroso de la cónyuge.

Y ella parece a simple vista un ama de casa que se debate,  por un lado, entre la urgencia de terminar esa torturante relación de violencia física, psicológica y sexual y, por el otro, un pasional deseo carnal mezclado con amor y un perdón compasivo que otorga una y otra vez.


Pero conforme avanza la trama vemos que la personalidad bipolar del hombre es algo todavía más complicado, tiene una  explicación profunda y es mucho más seria y peligrosa. Y contemplamos también que, tras cinco años de enlace, la esposa decide al fin acabar con esa situación, no sin lamentar cómo la eufórica unión nupcial se fue derrumbando hasta quedar sepultada bajo pesadas losas de una realidad que ella no podía cambiar. 

Ella sufre con la separación que sabe necesaria. En la despedida reitera amor a su pareja y pide a este que no la olvide. ¿Por qué lo hace?
La desintegración marital se da cuando el esposo se marcha a cazar patos con unos amigos.  ¿Por qué ocurre así?


Son preguntas que se responden al final de esta conmovedora y doliente obra protagonizada Karmina Pérez y Miguel Flota, dos actores que exhibieron dominio dramático y concentración en las escenas difíciles que les impuso la directora,  la comediante y actriz Alicia García. 

Hay tres actores secundarios más: Asunción Hass, Fernando de Regil y Octavio Ayil. La primera hace el papel de vecina y los otros dos representan a recolectores de basura que momentáneamente se detienen ante el hogar desgraciado para recoger los desperdicios y continuar su camino.


Al público toca determinar qué influencia tienen en la historia los personajes que ellos representan.

En los créditos  hay que mencionar también a Wendy Cruz (iluminación) y Manuel Araíza (diseño y realización de escenografía). Hay un video que se proyecta al principio de la obra,  fue elaborado por  Eduardo Vázquez (filmación) y Willy Vázquez (edición). Todos los ya mencionados son parte de la compañía Sentidos Escénicos.


Hay un dato anecdótico sobre “Cazadores de patos”. En su estreno en 1992 fue protagonizado por su autora, Laura Zubieta, junto con Santos Gabriel Pisté. En ese entonces la dirección estuvo a cargo de Benjamín Franco, ya fallecido. 

En ese entonces el papel de esposa lo desempeñaría Alicia García, pero una circunstancia se lo impidió. A 24 años de distancia ella regresó a esa obra, pero ahora en calidad de directora. A fines del año pasado presentó una temporada en el Foro Alternativo “Rubén Chacón” y ahora lo hace en el Centro Cultural Olimpo.



Hoy viernes hay otra función más, a las 9 de la noche. Boletos a $80 y $50. La obra es sólo para mayores de edad debido a escenas que la directora incluyó como parte de sus criterios para poner su sello a esta versión.

martes, 14 de marzo de 2017

Angustia, horror y desesperanza


Obra  documental del feminicidio en México

De paseo por la Feria Internacional de la Lectura nos enteramos que la compañía Teatro del Sueño presentaba ahí su elogiada versión de la obra Mujeres de Arena. Nos metimos a curiosear. Salimos del lugar con los ojos lacrimosos  -igual que las actrices y el director de esta puesta en escena- y el corazón apachurrado, latiendo triste junto al alma lacerada con púas de acero puestas al fuego.

Junto con esa congoja teníamos la satisfacción de haber presenciado un buen montaje teatral, con  actrices generosas  en su entrega al público y un director con tino para lograr en breve tiempo la sacudida de conciencia que no consiguieron todos los medios de difusión que en su momento abordaron  el tema central de Mujeres de Arena: los feminicidios de Ciudad Juárez, una mancha negra de muerte, un río de sangre que se ha extendido al país, incluso Yucatán, y que no para.


Este trabajo escénico es un buen material del teatro de denuncia y testimonial. Hasta donde recordamos, la obra fue estrenada en Mérida en 2013, durante un aniversario del Foro Alternativo “Rubén Chacón” que dirige Francisco Solís y quien es conductor de este montaje, en el cual él también participa como actor. 

Desde entonces se han realizado en ese lugar distintas temporadas de esta dramaturgia elaborada por Humberto Robles, guionista y es activista defensor de derechos humanos nacido en la Ciudad de México. Este premiado autor ha recibido distinciones en el extranjero pues sus obras se conocen también fuera de México.


Mujeres de Arena fue escrita en 2002 desde entonces ha sido llevada a todo el país por distintos grupos teatrales. También se ha presentado en Canadá, Estados Unidos, España, Alemania, Inglaterra, Italia y Australia así como en Argentina, Colombia, Costa Rica, Chile, Cuba, República Dominicana y Uruguay.

Esta obra documental fue confeccionada con textos de Antonio Cerezo Contreras, Denise Dresser, Malú García Andrade, María Hope, Eugenia Muñoz, Marisela Ortiz, Servando Pineda y Juan Ríos Cantú así como el contenido de una carta escrita por una madre y dirigida a toda la sociedad mexicana callada ante este horror. 


El dramaturgo la dedicó a Pável González, joven de 21 años, estudiante y luchadora social que fue asesinada.

En esta escenificación cuatro mujeres en distintos papeles narran estrujantes historias que resumen la tragedia de los más de 1,000 feminicidios contabilizados en Ciudad Juárez desde 1993. 


Además se aborda el drama de las familias ante la forma como hijas y esposas desaparecen, la inacción y complicidad de las autoridades y la condenable insensibilidad del sector empresarial y de otros sectores de la sociedad chihuahuense.

Se exponen también las ridículas campañas oficiales al respecto y la infructuosa lucha de activistas que acudieron alarmadas a esa urbe pero tuvieron que salir de ahí ante las amenazas de muerte, parte de las cuales se cumplieron.

Lo peor es la advertencia de que estas matanzas impunes ocurren ahora en  cualquier punto de la patria, al grado que hay regiones que superaron el macabro récord de Ciudad Juárez. Y pocos casos han sido resueltos, los escasos responsables detenidos son chivos expiatorios. 


Esto deriva en que las mujeres anden con temor en la calle. Ni siquiera están seguras durante el día,  en cualquier hora pueden ser secuestradas, violadas  y torturadas. Lo que queda de sus cuerpos es hallado después a la vera de caminos o en terrenos baldíos. Otros cadáveres jamás son hallados.

“¡Ay, qué dolor vivir!”, dice la canción con la cual finaliza este desgarrador montaje.

El reparto está integrado por Hortensia Sánchez, Zac Mucuy Rojas, Graciela Ruiz y Wendy Basulto


También interviene Desiré Solís pero no en su calidad de actriz sino de cantante –excelente voz- acompaña con la guitarra de David Siquef. Como ya dijimos, también participa Francisco Solís, es el narrador que aporta datos, cifras y otros elementos de esta angustiosa realidad mexicana. También colaboran Lucy Chan Vega, en la musicalización, y Manuel Araiza, en la iluminación.


Los interesados en ver este buen trabajo escénico tienen oportunidad de hacerlo este sábado 18 y domingo 19 así como el  viernes 24, que son las últimas funciones de la actual temporada en el Foro Alternativo “Rubén Chacón”.