miércoles, 26 de octubre de 2016

La muerte en el teatro yucateco



Esfuerzo en árido terreno para el arte escénico

Si en Mérida resulta difícil a las compañías de teatro llevar público a sus obras, esta tarea es más complicada en el interior del estado donde son más áridas las condiciones para promover la cultura y el arte.

Por ello resulta ponderable el trabajo que realizan fuera de Mérida guionistas y actores esparcidos por distintos municipios.

Dalila Casanova, María Yamá y Aurora Quintal.

Uno de ellos es Juan de la Rosa, quien desde hade 35 años realiza ahí la tarea de crear,  producir y montar obras de teatro contemporáneo que, en su caso, tienen un ángulo regional pues su dramaturgia se hunde en las aguas de las tradiciones y creencias populares mayas.

Su más reciente trabajo, estrenado en septiembre pasado, es “Que Dios nos saque de penas y nos lleve a descansar”, una propuesta que, al igual que  otras de sus escenificaciones,  recurre al tema de la muerte para reflexionar sobre la vida.
Juan de la Rosa

En esta divertida y sencilla obra cuatro difuntos intercambian cavilaciones sobre el tiempo en que estuvieron en este mundo y la oportunidad que se les dio para aprovechar o desperdiciarlo.

Esas ánimas también  hablan sobre las circunstancias en las cuales fallecieron y dejan ver además su actual condición en el  purgatorio, donde aguardan el gran paso hacia la felicidad sin fin. Desde el inframundo se alegran cuando sus deudos se acuerdan de ellos y les ofrecen velas y oraciones, o bien entristecen ante el olvido de sus familiares.
María Yamá y Jorge Escobedo

La obra también plantea en forma jocosa  qué ocurre cuando los difuntos arriban al hades y se encuentran ahí con quienes les antecedieron en la partida, y hallan el tiempo y la edad trastocados por la muerte.

Como ya dijimos, no es la primera vez que Juan de la Rosa se enfoca a las tradiciones regionales en torno al viaje hacia la última morada. Su trabajo más conocido al respecto es “Ritual a la muerte maya”, que desde hace diez años viene presentando en el interior del estado.
Erik Santoyo, a la extrema derecha, también es  guionista.

Este creador, quien es director del Centro de Arte Dramático y forma parte del movimiento Teatro de Municipios, realiza sus montajes por medio del grupo teatral “Maak Mayab”, el cual estrenó el mes pasado en el teatro del IMSS la obra ya citada, misma que volvió a presentar ayer martes por la noche en el Centro Cultural Olimpo.

En esta nueva obra Juan de la Rosa reunió un reparto proveniente de varios  municipios: Jorge Escobedo (Valladolid), Erik Santoyo (Oxkutzcab), María Yamá (Kinchil), Dalila Casanova (Muna) y Aurora Quintal (Mérida). 

Jorge Escobedo
Parte de ellos radica en la capital yucateca, donde participan en otras compañías teatrales. En el caso de  Erik Santoyo, no sólo es actor sino también guionista y tiene su propia compañía escénica. 


Esta escenificación, que surge en vísperas de la celebración anual de los Fieles Difuntos, realizará una gira por Quintana Roo y después regresará a Yucatán para varias presentaciones en el interior del estado. (Mérida Cultura)

martes, 4 de octubre de 2016

Hallar novio hace siglo y medio

Pablo Herrero, Guadalupe Quintal, Jair Zapata y Glendy Cuevas.


Certera y divertida puesta de escena.


La combinación  de un buen grupo de actores, una conducción pertinente y una ingeniosa obra escrita hace 150 años dieron  como resultado una placentera  noche teatral ayer lunes en el Teatro del IMSS, donde se presentó “Modo de atrapar un novio”, uno de los trabajos del dramaturgo, historiador y político Eligio Ancona.

Con esta obra, el literato y abogado yucateco,  conocido también por sus novelas y trabajo periodístico, retrató un aspecto de la sociedad peninsular de hace 150 años. 


Esta comedia teatral deja ver tradiciones, usos, creencias y el ambiente de la clase media de ese período, tal como caracteriza al teatro costumbrista.

Con cuadros festivos, esta puesta en escena nos muestra que tan lejos está la sociedad actual de esa época en que la preocupación principal de las muchachas  -y las familias de estas-  era hallar cónyuge. 


En ese entonces la autoridad patriarcal era inocultable, era un panorama donde no cabían el fenómeno de las madres solteras, el notable  número de féminas que rechazan el lazo conyugal o que tienen al matrimonio como segunda o tercera prioridad. Tampoco eran comunes las familias con jefatura femenina donde la mujer conduce, sola y sin ayuda, el enorme barco de la economía del  hogar y la crianza de los hijos.


“Modo de atrapar un novio” es la narración de los joviales lances de un padre que, ante la escasez de varones ocasionada por la guerra de castas, prepara una trampa para capturar a un pretendiente para su hija, la cual se acerca a los 25 años de edad y todavía no se casa. 


El plan es entorpecido por la madre, mujer chismosa con dificultad para frenar la lengua  y no cometer indiscreciones. 

Sin embargo, la hija resulta igual de astuta que su progenitor y endereza la confabulación, en la cual, el galán, un joven colérico y orgulloso,  se debate entre su atracción hacia la joven y la defensa de su honor manchado por el embuste.


Esta obra fue montada bajo la conducción de  Xhaíl Espadas, directora de Educación Artística de la Escuela Superior de Artes de Yucatán (ESAY), la cual, gracias a este y otros ejercicios en la trinchera teatral, demuestra con hechos que tiene los conocimientos que transmite a los estudiantes de ese plantel.


En la dirección ella se apoyó en Pablo Herrero, el cual también  actúa en la obra, tiene un buen desempeño en el papel del padre de Isabelita, la joven casadera, quien es representada por Glendy Cuevas, integrante de la compañía Borba Teatro y que apenas el sábado pasado intervino en otra obra de ese grupo.


El papel del novio correspondió a Jair Zapata, actor que ya intervino en distintos géneros teatrales y sigue ampliando su trayectoria. Guadalupe Quintal representó a la madre, y Teo Flores, un intérprete de buena voz, hace papeles de amigo y policía.



Ignoramos si habrá más presentaciones de esta obra para que la disfrute mayor cantidad de público.  (Mérida Cultura). 

domingo, 2 de octubre de 2016

Teatro de sensaciones



Borba Teatro  aborda temas femeninos en nuevo trabajo.

El guionista Salvador Lemis y el  director teatral Nelson Cepeda unieron sus habilidades poéticas y escénicas para elaborar lo que ellos denominaron “un ritual femenino-escénico” con la obra Mater Furiosa,  presentada ayer sábado por la noche en el Teatro “José Peón Contreras”.

Este trabajo incluyó además un sobresaliente elemento musical mediante un coro femenil y  una cantante que potenciaron esta presentación enfocada a impresionar los sentidos, tal como caracteriza a la compañía Borba Teatro.

En este drama escénico se abordan situaciones de dolor e injusticia actuales e históricas que aplastan la vida de mujeres sometidas a esas circunstancias debido a su condición femenina. 

En particular se exponen el sufrimiento y otras consecuencias de las guerras y las violencias que las despojan de hijos y esposos.

La violencia familiar, las experiencias amorosas, el trabajo desigual y la condición de muchos hogares donde ellas son jefas de familia son  parte de otras situaciones más que se muestran en breves historias hilvanadas por congojas, angustias y calvario.

Pero la obra también plantea la trascendencia del amor y el potencial positivo que tiene la humanidad cuando la persona recurre a todo lo valioso que hay en ella.

Mater furiosa tiene pasajes intensos de dramatismo bien logrados pero, en opinión muy particular, hay pasajes que se alargan o no son entendidos por el espectador y entonces sacan a este del embelesamiento y puede llevarlo al aburrimiento o el desinterés.

El elemento que está siempre presente son las vigorosas  imágenes escénicas y composiciones teatrales que distinguen a Nelson Cepeda, quien esta vez reforzó esa hipnosis recurriendo al ingrediente musical.

Resaltan también la sensibilidad de Salvador Lemis en frases poéticas con buena manufactura. 

El guion tiene ciertos rasgos de Stábat Matter Furiosa, del francés Jean Pierre Siméon, una obra teatral que también aborda la violencia, el dolor y la fragilidad.  No está vinculada con los dos Stabat Mater religiosos compuestos en el siglo XIII sobre sufrimientos y alegrías de la Virgen María.

Según el programa de esta obra, las tres actrices en escena son  Glendy Cuevas, Daniela Montalvo y Marysol Ochoa, las dos primeras son integrantes fijas de la compañía Borba Teatro, han participado en otros trabajos de este grupo. Las tres recibieron aplausos por su ejecución.

 A ellas se les unió en distintos pasajes la voz experimentada de la cantante Lizza Rodríguez y un destacado coro femenil denominado “Trés bien emsemble”, dirigido por Margarita Jiménez e integrado por Nadia y Gabriela Gambo, Genny  Cocom, Ingrid Euan y Alma y Karla Burgos. 


En este trabajo también colaboraron Candy Jiménez (vestuario), Esperanza García (iluminación), Priscila Puga y Martiza Figueroa (equipo técnico).

Además colaboraron Silvia Kater, Raúl Lugo y Zásil Sánchez (asesores en textos en hebreo, latín y maya utilizados el inicio de la  función). También lo hicieron Nancy Walker, Raquel Fuente y Silvia Terán, quienes asesoraron en aspectos sociales y culturales. (Mérida Cultura).