jueves, 20 de noviembre de 2014

A reir y reflexionar




 

 

Una obra teatral aborda temas que nos interesan a todos.




Quienes en estos días acudan a ver la obra “Nada humanos nos es ajeno”, la nueva producción de Silvia Káter, seguramente saldrán del teatro transformados. Se llevarán el sabor de un buen espectáculo pero tendrán la conciencia intranquila.



Quizá movida por lo que ocurre en el país, esta actriz y cantante decidió realizar este proyecto para exponer el lado oscuro de la humanidad, aquel que nos lleva al abuso, explotación y violencia contra el semejante, esas conductas condenables que provocan sufrimientos evitables en millones de personas de todo el planeta, empezando por aquellos cercanos a nosotros, los que son parte de nuestra comunidad.


Usando el humor, la ironía y exponiendo ideas planteadas por grandes personajes de la Historia o que están escritas en sencillas canciones populares Silvia Káter desliza su denuncia sobre los distintos modos en que diariamente se violan los derechos humanos, desde la explotación del trabajador al que le niegan el salario y las condiciones justas para realizar su labor sin peligro, hasta los atropellos dictatoriales del opresor que tortura para callar al pueblo que pide libertad.



Utilizando textos y canciones de distintos autores, género y épocas (tango, nueva trova, canciones de protesta, citas de Ghandi, Einsten, Galeano…) esta dama de los escenario  tuvo la agudeza de presentar esos dramas salpicándolos con humor. Es como aquella medicina que nos sirven con azúcar para disminuir su sabor amargo. Esto alivia el crudo dolor de recordar esas tristes realidades.


La obra comienza con una arquitecta (Káter) explicando al “maistro” albañil (Juan Carlos Hernández) el gran edificio que construirá para beneficio de toda la humanidad, pero de momento ella no puede revelar en qué consiste este. Eso quedará revelado al final de la función.


En el trayecto los dos actores asumen distintos papeles para presentar historias en las que exponen la discriminación contra el indígena, el sufrimiento infantil, el machismo, la intolerable sumisión femenina, la tortura en las cárceles y el cinismo de ricachones que mienten en defensa de intereses reprochables.

En este último caso nos muestran a una mujer de “alcurnia” que debe su fortuna a una herencia y no al trabajo propio, y a un rico empresario cuyo dinero proviene de la explotación de obreros mineros. Ambos se conocen y emborrachan en una fiesta de caridad donde sólo una mínima parte de lo recaudado termina en manos de los beneficiados.


Además –no podía faltar se muestra al político típico causante de gran parte de esas tragedias. Pero en esta obra ese "representante del pueblo" es sincero, expone sus verdaderas, funestas intenciones y pide que voten por él. Ojalá que esto ocurriera en la vida real. Por lo menos las actuaciones las seguiremos viendo en los teatros y no en los mítines partidistas.


En “Nada humano nos es ajeno” doña Silvia Káter nos deleita con su dominio de las tablas. Es una dama guapa y talentosa, un caramelo de actriz. Agrada verla gesticulando y adoptando distintos personajes. 

Por su parte, Juan Carlos Hernández logra robarle algunas escenas a la diva local, realiza buen trabajo en la actuación y el canto. Se vio bien en su papel de político.

El director de este espectáculo, Miguel Angel Canto, utilizó bien los recursos escénicos para organizar a los actores, los cuadros y ambientaciones para presentar las historias y plantear el desenlace: esa gran obra que podemos construir si todos cambiamos –si nos movemos- es un planeta mejor.


Por ello esa representación termina con una canción que advierte contra la indiferencia, ese monstruo que pisa fuerte.  Ese pecado de omisión, esa apatía, esa mal entendida neutralidad no genera un mundo mejor sino que puede llevarnos a los yucatecos a sufrir los horrores que ya padecen otras regiones del país. (Mérida Cultura).


Nota: Esta obra se presenta se presenta en el Centro Culturar Olimpo. Quedan seis funciones. Una de ellas es este jueves 20 a las 9 de la noche. Boletos a $50 y $25.