sábado, 18 de noviembre de 2017

Singular experiencia teatral



Los viejos vecinos de la colona  García Ginerés y  quienes habitaron ese conocido sector de la ciudad deberían ver la obra teatral “Los coleccionistas, paseos por la memoria” que cuatro actores bajo la dirección de Alejandra Díaz de Cossío vienen presentando estos días en el Parque de las Américas.

La razón de esa sugerencia es que esa escenificación seguramente los llevará a su infancia, a los recuerdos que ellos tienen de cuando vivieron las primeras décadas de ese suburbio surgido de la antigua hacienda San Cosme, cuyos terrenos fueron convertidos en esa populosa zona habitacional, la cual se desarrolló en torno a su famoso parque compuesto por cuatro secciones, cada una ocupando una manzana completa.

San Cosme era cruce hacia las haciendas Tanlum y Chenkú, y hace poco más de cien años que sus terrenos dieron paso a uno de los fraccionamientos que se construían en lo que era la periferia meridana. 


El antiguo cenote que proveía el líquido para riego de huertos y otras necesidades es ahora proveedor de los surtidores de la gran fuente del Parque de las Américas, el cual es transformado en escenario para la puesta en escena de la obra ya citada.

Los cuatro actores participantes guían al público hacia distintos espacios alrededor del Centro Cultural "José Martí” para contar historias que vecinos del rumbo recuerdan y comentan sobre la historia del lugar. Los artistas asumen distintos papeles para lograr este objetivo.


Uno de los personajes que asoman en esta historia es  “chivero” con su rebaño de  cabras desfilando  por las calles. A él le toca narrar cómo era esa zona en aquellos tiempos en que la gente aguardaba a las puertas de sus casas para comprar leche de chiva.

También hay testimonio de dos hermanas –las apodaban Meme y Bapa– que trabajaron como empleadas domésticas en una rica casona del rumbo.  Ambas relatan cómo era su labor y revelan parte de las costumbres de esos tiempos.


Hay niños que después de las lluvias salían a las calles encharcadas para colocar barcos de papel. Además hay viajeros del rumbo que desgranan sus nostalgias.

Los escenarios son andadores, un árbol, la fuente de la biblioteca y parte de los jardines.

Alejandra Díaz, la directora y creadora de esta obra, escribe, actúa y dirige espectáculos para todo público, buena parte de su esfuerzo escénico está enfocado a niños y a recorridos teatralizados históricos.


Este proyecto que ella trae al Parque de las Américas lo realizó con apoyo de la compañía La Rendija. Por varias circunstancias esta obra ha tenido poco público, en parte porque su estreno y primeras funciones se suspendieron debido a problemas ajenos al grupo teatral.

Para intentar reponer las presentaciones suspendidas, este sábado 18   ofrecieron dos funciones, a las 4 y 5 de la tarde. En la primera no se presentó nadie, y en la segunda hubo pocos espectadores. Pero entre estos había dos vecinas de la García Ginerés que disfrutaron mucho el espectáculo debido a que  este cumplió su cometido de traer a la memoria viejas historias de esa colonia.

Mañana domingo 19 también se programaron dos funciones, a las mismas horas. Serán las últimas presentaciones de ese proyecto.


El elenco de este montaje está integrado por Tony Baeza, Fátima Medina, Ana Díaz y Alfonso García, quienes conducen a los espectadores hacia los distintos espacios donde se desarrollan las historias.

Resulta interesante este formato donde el público está junto a los actores,  sin la barrera del escenario, telones y bambalinas. Esta representación al aire libre, y la historia que se cuenta, puede gustarte o no. La mejor forma de averiguarlo es asistir a ella. Es gratis.