lunes, 16 de noviembre de 2015

Mirada del país al teatro yucateco

"La Rendija", en el Museo Regional de Aguascalientes.




Artistas locales participan en el festival nacional de teatro.



Más de 30 teatreros yucatecos arribaron con sus bártulos la semana pasada a la ciudad de Aguscalientes. No acudieron para divertirse en la Feria de San Marcos sino para participar en  la edición  número 36 de la Muestra Nacional de Teatro, que comenzó el  pasado jueves y concluirá el próximo sábado 21.

Ahí tienen la misión de impresionar a los habitantes de esa zona del país con una muestra del buen  teatro que se hace en Mérida y contrastar su trabajo con el que realizan otros actores y creadores del resto de la nación.

No es un reto sencillo, en ese evento anual participan 38 buenos montajes de toda la República. Estas obras fueron seleccionadas de entre 381 proyectos de distinto estilo, formato y modelo de producción. Sólo el 10% de las solicitudes para participar fueron  aceptadas.

Lo anterior ya resulta un gran paso para los artistas yucatecos. Lograron  estar entre ese reducido segmento que participa en esa muestra.

"Del manantial del corazón", de Conchi León.
En el grupo que viajó hasta Aguascalientes están Raquel Araujo, Conchi León y Juan de Dios Rath, nombres muy conocidos en el medio escénico de la Península y que ahora también sonarán más en el plano nacional pues se observará ahí una muestra del trabajo que ellos realizan en materia de dramaturgia, dirección y actuación.

La primera intervención  de la delegación estatal fue este domingo, cuando fueron programadas seis obras de Guanajuato, Nuevo León, Jalisco, Baja California, ciudad de México y Yucatán. La compañía La Rendija, que dirige Raquel Araujo, presentó “Tío Vania, 1920. Escenas en la vida de la hacienda”.

Esa obra, como hemos informado en este blog, es una versión de la obra  “Tío Vania”, del  escritor ruso de Antón Chéjov. La presentación se realizó en el Museo Regional de Aguascalientes.

"Sidra Pino, vestigioss de una serie".
Mañana martes tocará el turno a la dramaturga yucateca Conchi León y el grupo Sa’as Tún. Ellos ofrecerán “Del manantial del corazón”, obra que recoge tradiciones, ritos y creencias mayas que todavía perviven en torno el embarazo y el parto y la muerte de los niños en las empobrecidas comunidades rurales de Yucatán. Esta presentación  será en la Universidad de las Artes.

Al día siguiente, miércoles, subirá al escenario el equipo de Murmurante Teatro, que dirige Juan de Dios Rath, para ofrecer “Sidra Pino. Vestigios de una serie”. Esta puesta en escena aborda el largo conflicto sindical de la desaparecida embotelladora Sidra  Pino y aspectos culturales de la sociedad meridana ligadas a esa bebida. 

La selección de esas tres obras para estar en la Muestra Nacional de Teatro habla bien del trabajo escénico de Yucatán, pues de esta entidad federativa salieron 12  candidaturas para evento. Ello quiere decir que se aceptó al 25% de ellas.
Exposición fotográfica de Fernando Moguel

En la delegación yucateca también  están dos jóvenes creadores que acuden como becarios para intervenir en las Reuniones de Vinculación que se organizan dentro de esa muestra con el fin de intercambiar experiencias y crear una red de trabajo. Ellos son Ilse Irasema Morfín Alemán y Erik Josué Santoyo Suárez.

Además, se abrió en Aguascalientes una exposición del fotógrafo yucateco Fernando Moguel, fallecido hace un año y quien centró su trabajo en el teatro. Su colección está formada por cientos de imágenes captadas en numerosas puestas escénicas a las que asistió. 

La muestra llevada a esa capital consta de 22 imágenes, se denomina “Fernando Moguel: su amorosa mirada a lo efímero”, y está abierta en  el Instituto Cultural de Aguascalientes. (Mérida Cultura)


domingo, 15 de noviembre de 2015

Encuentro teatral de la cultura maya.




Artistas yucatecos llevaron  sus obras a Tabasco.



Dos grupos teatrales del  interior del estado estuvieron en Tabasco para participar en el Tercer Encuentro de Teatro de la Cultura Maya que comenzó el jueves pasado y terminará este domingo.

Una de esas agrupaciones es  “Chan Dzunu’un”, que llevó a esa muestra la obra de teatro denominada “La vieja pobreza”, bajo la dirección de  Luisa Góngora Pacheco.

En ese trabajo se habla de una familia pobre que no tiene qué comer.  Una persona se compadece de ella e invita a sus integrantes a su casa. En el camino ella les narra una historia extraña sobre una  anciana.

El otro conjunto se llama Colectivo Teatrao “Ariel Méndez”, quien presentó “J-Lool y los pájaros que presagian la muerte”, escrita y dirigida por   Socorro Loeza Flores.

En esa obra se narra el caso de un joven flojo e incrédulo llamado J-Lool que acude a casa de su abuela, una narradora del pueblo. Pero al no hallarla ahí, toma un bolso mágico donde ella guarda sus cuentos. Esa mala acción hace  la Muerte lo convierta en su sirviente, lo transforma en un  ave que presagia el fin de la existencia de las personas.

La reunión de teatreros en Tabasco tiene como fin difundir historias y tradiciones de la cultura maya. En ella se congregaron artistas de la zona sur-sureste del país.

Además de  las presentaciones escénicas, el programa de actividades de ese encuentro incluyó talleres sobre actuación para los grupos participantes. (Mérida Cultura).


martes, 27 de octubre de 2015

El desnudo en un drama teatral



Qué ocurre cuando coinciden la orfandad y el Alzheimer?



El director teatral Francisco Solís y su montaje de una obra escrita por Conchi León, estrenada este martes 27 en el Centro Cultural Olimpo, seguramente darán de que hablar.

Es una dramaturgia que expone la tragedia de una adolescente de 14 años de edad que pierde a sus padres ahogados en  el mar. La huérfana, hija única, queda entonces a  cargo de tres tragedias: sobrellevar la orfandad, cuidar de su abuelo enfermo de Alzheimer y sacar adelante  su vida con esas responsabilidades a tan corta edad y en la soledad.

Son de esperarse las consecuencias de tan pesadas circunstancias, y aquellas llegan.

En esta obra hay también un acercamiento  al drama de aquellos ancianos que se dan cuenta  que el Alzheimer tiende su manto negro sobre la memoria y resultan inútiles sus esfuerzos por evitar el destrozo intelectual.

El nombre de esta obra es “Todo lo que encontré en  el agua”. Incluye una escena de desnudos totales por parte de Carlos Farfán y Desireé Solís, dos de los jóvenes actores que participan en  este proyecto junto con José Luis Almeida, veterano artista local con larga lista de trabajos teatrales de distintos  tipos.

Ignoramos si ese pasaje con cuerpos desprovistos de vestimenta está planteado  en la dramaturgia de Conchi León o es un recurso que eligió el director Francisco Solís para resaltar el encuentro sexual que tiene la adolescente con un hombre  joven, padre de dos hijos que se gana la  vida como aseador de calzado junto a un centro nocturno  donde la muchacha trabaja de bailarina.

No es la primera vez que se ve  en el teatro local este recurso de despojar totalmente de prendas a los actores. Todavía se recuerda el lío que  varios medios de difusión le armaron en 2013 al  recién ratificado Director de Cultura del Ayuntamiento, Irving  Berlín Villafaña, por la presentación en el poblado de Cholul de la obra Bacantes, montada por Raque Araujo y que incluyó un  desnudo masculino.


Ese asunto llegó incluso a sesiones de Cabildo,  donde regidores del PRI sancionaron al alcalde Renán Barrera por permitir esa presentación, e incluso lo desafiaron a repetirla en  el  atrio de la Catedral  pues el  concejal consideró que el asunto no era para tanto escándalo.

Otro desnudo también lo vimos en la danza, en 2014,  en la presentación de “Cuatro visiones del paraíso”, la cual abrió el XX Festival Nacional e Internacional de Danza Contemporánea Oc’-Ohtic.

En aquella ocasión mencionamos que no siempre se consigue  el éxito estético deseado cuando se recurre a los desnudos. Y se dan casos en que se utiliza ese u otros elementos llamativos para suplir la falta de talento. En todas ocasiones se evalúa si ese recurso cumple o no su función de completar el mensaje que se busca transmitir.

Sería lamentable que esta obra de Conchi León -es primera vez que llega a las tablas- atraiga público por el morbo y no  por el argumento, la actuación del  elenco y la estructura elegida para desarrollar el  guion.

Nos parece que Desirée Solís, José Luis Almeida y Carlos Farfán hicieron buen trabajo. En los dos primeros recaen además pasajes importantes de esa puesta en escena en la que Conchi León  mantiene su estilo de recurrir a imágenes y elementos metafóricos para retratar realidades.

En ese proyecto, realizado por el grupo Teatro del Sueño, también colaboran Hortensia Sánchez (producción y vestuario) y Manuel Araiza (escenografía e iluminación).

“Todo lo que encontré en el agua”  se repetirá este miércoles 28.  Habrá cuatro  funciones más  en noviembre, los martes 3 y 10 y los miércoles 4 y 11, todas ellas en el Centro Cultural Olimpo. Los boletos son a $50 y $25 (Mérida Cultura).

domingo, 25 de octubre de 2015

El despertar sexual en adolescentes




Fin a la temporada de una obra que aborda ese tema


Luc Tartar es un  joven dramaturgo francés autor de dos novelas y unas veinte obras teatrales. Parte de estas son una mirada a los adolescentes actuales que son bombardeados para que adelanten su despertar a la libido y entregarse prematuramente al despertar sexual.

Ese autor aborda el tema con textos que  combinan  poesía y frases rudas. Con ellas describe desde su punto de vista particular los sentimientos de los muchachos hacia esa combinación de enamoramiento y lascivia.

Uno de sus trabajos donde se puede observar esto es Les Yeux d'Anna (Los ojos de Ana), Roulez Jeunesse! (¡Vamos juventud!) y  en S'embrasent (Abrasados).

Esta última obra mencionada fue montada en esta ciudad por el grupo Teatro Indigo, bajo la dirección de Anahí Alonzo y producida por Anaii Cisneros (no hay error en los nombres de ambas, así los escriben ellas). Esta última también actúa en  ella.

Las presentaciones comenzaron el pasado día 2 y terminaron este domingo 25, en  el Centro Cultural Olimpo y en el Foro Alternativo  “Rubén Chacón”. 

En  esta puesta en escena el escritor plantea las reacciones y consecuencias que generan dos preparatorianos que se besan en el patio del colegio y son vistos por algunos estudiantes y también por una anciana que desde el segundo piso de su casa pasa el día entretenida viendo la actividad del colegio, en particular durante los descansos.

La noticia corre por la escuela y más allá.  Llega a oídos de los colegiales,  los profesores,  el director del plantel y  el padre de la muchacha involucrada en el suceso.

Todos responden en forma diferente ante  el acontecimiento. Entre el chismorreo y la expectación se plantea violación de autoridad, temor a los embarazos no deseados y las envidias o censuras por parte de otros jóvenes.

El muchacho involucrado en esa situación es el “carita” de la Prepa, el Don Juan profesional que ya tuvo enamoradas y otras suspiran por ingresar a esa lista. 
Las miradas de este galán son relámpagos en los corazones femeninos, paralizan a las púberes inquietas ante la llegada de Eros a sus vidas.  Ellas sienten cosquilleos y se convierten en ollas de vapor. 

Así lo plantea el dramaturgo en este proyecto que no sólo aborda el enamoramiento y el deseo sexual. Se exponen también situaciones de discriminación, intolerancia y reflexiones sobre esa etapa de la vida.

El papel del joven Tenorio recae en Jair Zapata, actor que ha estado activo en otras obras de teatro. Su compañera adolescente es Anaii Cisneros, la cual también va madurando en su carrera de actriz gracias a su intervención en otros proyectos teatrales. 

Hay dos actores más en escena: Amilcar Barrera, otro que ya acumula bue número de papeles en su haber,  y Andrea Lorenzana, a la cual no habíamos visto anteriormente, nos agradó su buen fraseo. En estos dos recae la tarea de representar a varios personajes  en esta obra.

La directora de esta representación distribuyó bien  al grupo de actores en  la escena. Junto con los escasos recursos escénicos los movió adecuadamente. Nos pareció que hay fragmentos de los textos que fueron recitados,  no actuados. Es un desperfecto que obstaculizó la llegada del mensaje al espectador.

El grupo de actores juveniles puso ánimo y empeño en sus papeles y en el volumen de voz. Se nota que hubo trabajo y sudor en los ensayos.


No pudimos ver esta obra en los inicios de sus presentaciones, nos tocó asistir a la penúltima función y constatamos que atrajo a buen número de asistentes, generó interés. 

Eso es relevante si tomamos en cuenta la competencia que tuvo esta obra en esas fechas en que abundaron los espectáculos del Festival de la Cultura Maya y además hubo otros grupos teatrales locales que también desafiaron esa avalancha de recursos económicos, publicitarios  y organizativos que hubo en torno a ese evento anual. (Mérida Cultura).

martes, 29 de septiembre de 2015

¡Silencio, se oye la risa!




El teatro clown unipersonal de Daniel Gallo llegó a Mérida.



Hacer teatro  es correr riesgos. Y uno de ellos es tomar personas del público y subirlas al escenario para improvisar con ellas.

Para salir airoso de ese peligro hay que ser actor experimentado, saber cómo manejar a la audiencia  y observar y aplicar la psicología para elegir al individuo adecuado y controlarlo sutilmente cuando él esté en escena. De  este modo, aquel colabora en vez de dar  al traste con el plan.

En el trabajo de los payasos tipo “clown” es obligatorio ese contacto con el público, no hay esa pared que separa a este del escenario. 
Por tanto, en todas sus obras la contingencia y la fatalidad son amenazas permanentes.
El lance es mayor cuando el trabajo es unipersonal. 
Aproximarse al peligro es el alto costo de generar risas en este tipo de teatro.

Este martes 29 por la noche vimos esto nuevamente en el trabajo de Daniel Gutiérrez Sánchez, actor integrante del grupo de cuenta cuentos Morus Lokus Clown, de Quintana Roo. 
Este artista visitó esta ciudad para presentar en el teatro “Daniel Ayala” su trabajo unipersonal “¡Jaleo!”, un divertido espectáculo del género clown.

Daniel Gutiérrez muestra dominio de la  técnica  clown,  cumple las reglas básicas de este teatro silente y ampliamente visual, tiene control de las  posturas corporales, su gesticulación es amplia, sabe aprovechar las circunstancias para improvisar y consigue ese diálogo escénico con el público, quien premia con risas su audaz trabajo.

En esta obra subió al escenario a siete personas del público, en distintas etapas del desarrollo de aquella. 
Maniobró con inteligencia para que estos actores improvisados fueran por momentos el centro de atracción  y de las carcajadas, pero sin quitarle a él la pesada carga del protagonismo que  recae en todo aquel que se aventura en el teatro unipersonal.

Este actor visitante también dejó a su  vez  el escenario para mezclarse con gracia entre  el público para realizar esa búsqueda  difícil de la persona ideal para compartir con él las tablas.

El libreto al que recurrió para su trabajo escénico en “¡Jaleo!”es sencillo.  Las frutas y verduras que tenemos en caso no son sólo alimentos, pueden servir también para divertir. 
En este ejercicio teatral recurrió a plátanos, manzanas, tomates, melones, una sandía y coles para crear situaciones con sus improvisados actores y actrices. 
Con una dama representó un enamoramiento que comenzó con cena romántica y serenata y terminó con ducha y cama.

Según  averiguamos, el nombre artístico de este actor es Daniel Gallo Le Coq. Además de clown, es diseñador gráfico, tiene más de 15 años en las artes escénicas  y su trabajo se enfoca principalmente a los niños, a los cuales busca divertir y transmitirles valores.Gracias a la calidad de su trabajo, este artista radicado en Cancún ha recibido becas del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).



Daniel  no es ajeno a Mérida, el año pasado estuvo en esta capital para ofrecer en el Centro Cultural Fuera de Centro un espectáculo infantil de cuenta cuentos. Esperamos que regrese pronto.  (Mérida Cultura).

domingo, 27 de septiembre de 2015

Confrontación teatral




Ocho compañías de seis regiones mostrarán  sus trabajos. 


Mañana  lunes 28 comenzará la I Muestra Regional de Teatro de la Zona Sur que durante tres días reunirá en esta capital a ocho compañías de Chiapas, Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán que presentarán  obras  de distinto corte y género.

Una de  esas puestas en escena será elegida para representar a la Zona Sur del país en el I Ciclo Nacional de Teatro Forca (Fondo Regional para la Cultura y las Artes) 2015.
El jurado que escogerá a la obra ganadora lo integran  los actores Jesús Ochoa y María Rojo y el dramaturgo Alberto Castillo .

Por parte de Yucatán  competirán las obras   “Sidra Pino. Vestigios de una serie” (proyecto de Murmurante Teatro, que dirigen Juan de Dios Rath y Ariada Medina)  “Tío Vania 1920” (una  producción La Rendija, que dirige Raquel Araujo) y “Del manantial del corazón” (una dramaturgia de Conchi  León).

La primera obra citada se ha  presentado en varias ocasiones en esta ciudad y fuera de ella. La segunda terminó recientemente su última temporada,  y la tercera acaba de concluir exitosas presentaciones en el Centro Cultural Olimpo.

Por parte de Campeche compiten el grupo Argot Teatro, con el montaje “Desde el silencio”. De Chiapas nos llega la compañía La Nube Roja con su obra “Balajú, el sueño de un cielo sin nubes”.

Quintana Roo estará representada por el grupo Morus Lokus Clown que presentará su proyecto denominado  “¡Jaleo!”. A su vez, Tabasco envió a la compañía Tras Los Rostros para ofrecer la obra “Las Meninas”.

Finalmente, de Veracruz arribaron integrantes de la compañía La Talacha Teatro que montarán “Las chicas del Carrer Notariat 10, hazaña excitante de unas confundidas”.
Parte de las actuaciones incluirán títeres o utilizarán la técnica clown. Esos proyectos escénicos abordan temas  sociales o son  de tipo documental.


Las funciones se realizarán en los teatros “José Peón Contreras” y “Daniel Ayala Pérez” a las 7 y 9 de la noche. La entrada es gratuita. (Mérida Cultura)

lunes, 7 de septiembre de 2015

El fascinante teatro de Conchi León



 

 

 

Concluyó la temporada de su más reciente trabajo, un montaje perturbador e inolvidable.


Estrujante y conmovedora, así es la obra “Del manantial del corazón”, última obra salida del talento de la actriz, dramaturga y directora teatral Conchi León.

Esta puesta en escena también es un buen montaje teatral con encomiables actuaciones. Posee abundantes elementos rebosantes de simbolismos, y hábiles recursos escénicos para desarrollar la representación a centímetros del público, rodeado de este, en un contacto íntimo y haciéndolo partícipe de la trama.


Y qué decir de los textos. Conchi León tiene una vena poética que usó para embellecer el guion de este drama basado en hechos reales y que nos muestra a mujeres indígenas en uno de sus aspectos de su dolorosa vida: la gestación, el alumbramiento y la maternidad, ocurridos en medio de creencia populares de la zona rural que las mantienen sometidas y sufrientes.
Las frases literarias usadas en esta obra con como flores emergiendo en el basurero de la injusticia. Hay un contraste hiriente entre el canto de las palabras y lo que denuncian estas. 

“Del manantial del corazón” es un trabajo de antropología teatral que trae a escena las desgracias y dolores a las que están sometidas las mujeres de comunidades mayas donde todavía perviven creencias machistas mezcladas con la ignorancia y el sometimiento femenil. En esta obra, que pinta muy bien aspectos del panorama cotidiano de los poblados campesinos, el público ríe, sufre, disfruta y aprende.

Nos tocó la suerte de poder asistir a la última presentación de este proyecto, en su temporada en el Centro Cultural Olimpo. En esta ocasión hubo gente que no pudo ingresar al teatro para presenciar este trabajo porque, al igual que todas las funciones ofrecidas, el espacio disponible para el público estuvo limitado a poco más de 40 personas. A falta de sillas, parte del público se sentó en el piso.

Los asistentes salieron del espectáculo no sólo satisfechos por la obra sino también agradecidos por esa experiencia de presenciarla en el escenario, donde se acomodaron los asientos, alrededor de las tres actrices centrales de este drama. 
Otra vivencia más para los espectadores es la intervención de estos en la ceremonia del Hetzmek, ese rito maya que todavía practican muchas comunidades indígenas para desear el bebé toda suerte de cosas buenas en la vida y señalar simbólicamente las responsabilidades que le tocarán de acuerdo con su sexo.


En esta obra hay que resaltar la actuación que tuvo Addy Téller en un estremecedor pasaje. Esta actriz sorprendió gratamente con un ejercicio escénico fruto seguramente de mucho ensayo y exigente dirección. 

La comediante, actriz y titiritera Andrea Herrera también hizo lo propio en otro momento de este relato. Ella exhibió cómo el trabajo de concentración y la apropiación del personaje, logra que el actor suelte lágrimas, una situación difícil de  generar en la escena.

Conchi León construyó a su vez otro cuadro de actuación individual que requiere mucho esfuerzo escénico para hacer palpitar al espectador.

En esta representación hubo dos participantes más. Al parecer, son la madre y una sobrina de Conchi León. No escuchamos bien sus nombres cuando estos fueron mencionados. Hubo también un bebé real usado en el ritual del Hetzmek.

Debido al formato teatral utilizado, las actrices no abandonan el escenario al terminar la obra, lo cual da oportunidad al público de acercarse a ellas para felicitarlas, hacerles comentarios y saludarlas.

“Del manantial del corazón” es una obra rica en todos sus elementos, desde el tema que aborda hasta la actuación, pasando por la forma en que es presentada, el ingenio para usar los elementos del buen teatro y la cantidad de mensajes enviados al público así como la forma en que son transmitidos estos. 

Lo anterior hace que cada asistente a ella salga de ahí con una vivencia personal, con una interpretación particular de lo que vio y escuchó. Por tanto, cada quien habla de este trabajo escénico desde distintas perspectivas, pero coincidiendo siempre en que Conchi León se apuntó otro éxito en su carrera escénica. (Mérida Cultura)

jueves, 6 de agosto de 2015

Chispeante y ágil


Alicia García y Octavio Ayil

 

 

La comedia creada por Octavio Ayil rebosa en elementos del teatro regional yucateco.


Un matrimonio desdichado, el adulterio, un hombre flojo y desvergonzado y una sufrida mujer que se rebela de sus opresiones son elementos comunes de la condición humana. Son aspectos que suenan trágicos pero que el actor y director teatral Octavio Ayil transformó para ofrecer sabroso platillo de comicidad en la obra “Despeñadero. Veredicto final”, la cual se presentó ayer jueves por la noche en el teatro “José Peón Contreras”.
 
Actor, guionista y director.
Es la segunda vez en un semana que ese artista de 62 años de edad y 41 de trayectoria pisa el máximo recinto escénico yucateco, lo cual es uno elementos que hablan de la calidad de su trabajo. Otra obra suya –“Recordar es volver a reír” abrió ahí el sábado pasado el Festival de Teatro “Wilberto Cantón.

En el proyecto que él presentó anoche, acompañado de otros cuatro comediantes, tiene un libreto chispeante, la historia es ocurrente. Los personajes son sencillos pero bien construidos, estuvo bien dibujada la personalidad de cada uno de ellos. Unos actores lograron más que otros asumir esas personalidades. 

Octavio Ayil recurrió en sus textos al doble sentido, al albur, a las frases pícaras y la expresión inesperada. Usó verbos del habla yucateco que el idioma español no logra sustituir con ningún sinónimo. La fanfarronería y la charlatanería varonil también están cómicamente presentes. 
Juan Carlos Argáez con Alicia García

La obra es ágil, tiene ritmo. La estructura es clara, y hace reír desde que se plantea el conflicto hasta que llega el desenlace, el cual es inesperado para una comedia de teatro regional yucateco.

Los personajes principales están a cargo del propio Ayil y de la actriz y comediante Alicia García “Xpet”, la cual es otra artista que ya conoce ampliamente el escenario. Ambos generaron la corriente principal de hilaridad. 

Hay un tercer actor, Juan Carlos Argáez, cuyo trabajo equivalió a todo el decorado que lleva un pastel de bodas, fue la salsa que da sabor a los tacos. El público disfrutó su actuación.  

En los papeles secundarios estuvieron Geysi Canul y Miguel Flota. La primera es conocida por el público, el cual aplaudió su aparición en escena. El segundo es un actor que ha mostrado su calidad en las tablas de la comedia y el drama. El buen trabajo es su distintivo, pero fu fugaz aparición impidió disfrutar esta vez de su actuación. 
Juan Carlos, Miguel Flota y Alicia García

Esta obra, que forma parte del festival anual de teatro, fue presentado en formato de teatro de revista. Participaron la cantante Vicky Villa, acompañada de dos músicos, y el  Ballet Raíces, dirigido por Sergio Santoy. 

La razón del nombre de esa representación escénica es que incluye una parodia del programa televisivo Veredicto Final. Consideramos que el veredicto del público, por las risas y aplausos, fue una decisión ampliamente favorable para Octavio Ayil (Mérida Cultura)