jueves, 11 de diciembre de 2014

Lo negro de la casa blanca




 

 

Una sátira en forma de pastorela a las realidades políticas de la nación.




"El teatro que no es político es decorativo", afirma Óscar López, actor y director teatral que, congruente con sus palabras, trae por tercer año consecutivo una pastorela que esta vez exhibe en forma jocosa a la clase política del país.


“Lo negro de la casa blanca” es el sugerente título de esta puesta en escena que se estrenó ayer jueves por la noche en el Centro Cultural Olimpo, la cual tendrá dos presentaciones más en ese lugar. 


Es un montaje de la compañía La Fragua Producción Escénica, con siete actores que hacen desfilar o vapulean al presidente de la República y a la  cónyuge de este, también a los diputados, la Secretaría de Gobernación, el PRI y otros partidos políticos más, así como a la ex gobernadora Ivonne Ortega, los aspirantes locales a cargos de elección, a Televisa y otros protagonistas más de la situación que atraviesa la República.


Además se hace repaso de la crisis económica, las promesas oficiales incumplidas, los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, la represión a las marchas de protesta, la economía informal, el sistema educativo  y otras realidades nacionales y locales recientes.


“En la realización de esta pastorela no fue lastimado ningún político. Al contrario, ellos han lastimado a nuestro país”, indica el programa de mano de esa obra dirigida por Óscar López con apoyo técnico de Adriana Gómez.


En la reyerta teatral que se da entre ángeles, demonios y pastores para que la Navidad se realice o se cancele, también resultan zarandeados integrantes de la comunidad artística local. 


La ESAY, el teatro Tapanco, la compañía La Rendija, la Sedeculta e incluso La Fragua  son nombres incluidos en el texto de esta obra que toma la tradición cultural de las pastorelas que plantean en forma singular la lucha entre el bien y el mal. En esta parodia el guion se ocupa de los recientes acontecimientos políticos y sociales de la nación.



Las dos pastorelas que esa compañía teatral trajo los años anteriores tuvieron el mismo tenor. Sus nombres así lo indican: “La diabla se viste de Ibónica” y “El diablo tiene copete”. 

El hilo conductor de las historias es el mismo de que caracteriza a esa tradición teatral mexicana de gran arraigo en el centro del país: el enfrentamiento entre el bien y el mal, representado por ángeles y demonios que, en ambos casos, deben recurrir a pastores para lograr sus fines. Por un lado, Lucifer y sus seguidores quieren evitar que nazca El Salvador y así acabar con la Navidad, pero se enfrentan con los espíritus celestes que luchan por evitarlo y, como siempre, resultan victoriosos.  


La pastorela es una manifestación teatral mexicana con gran arraigo en el centro del país, pero es escasa, casi inexistente, en la península yucateca. En las versiones políticas que ha presentado Óscar López hay elementos que la acercan al antiguo estilo del teatro regional yucateco, donde el humor está muy ligado a los personajes y sucesos de la política local y nacional.


En “Lo negro de la casa blanca” participan el conocido actor Miguel Flota, su personaje de un acomodador de autos, apodado El Bato, que es postulado para diputado debido a su escasez de luces, atributos y competencias. Su lema de campaña es “Vota por Bato, lo mismo pero más barato”.


Susana Campos hace el papel de cónyuge del aspirante a legislador, ella es una pobre integrante de un ballet folklórico que además realiza otros oficios para pagar su humilde casa, una vivienda que es convertida en mansión gracias a los planes de Satán para acabar con la Nochebuena. Ella pasa apuros para explicar de dónde salió tanta lana. 


En el papel de Luzbel y la diabla Lujuria están Óscar López y Yoluayel García, respectivamente. Los ángeles son Diana López (Arcadia) y Raúl López (Argelio). Los cuatro tienen divertidas intervenciones. También participa Efraín Baas, quien encarna a un líder partidista.  


Esta amena obra se repetirá este viernes 12 y mañana sábado 13 en el Centro Cultural Olimpo. Los boletos son a $50 y $25. (Mérida Cultura).