viernes, 17 de octubre de 2014

Sinfonía para un dictador



 

 

Interesante proyecto sobre el régimen político en México


“En este país la corrupción, el abuso de poder, la injusticia y la impunidad caracterizan a la clase política, heredera de las formas y modos de los caudillos revolucionarios”.

Lo anterior es uno de los conceptos que el actor y director de teatro Óscar López plantea en su nuevo proyecto “Sinfonía para un dictador”, que viene presentando con éxito en Foro Alternativo Rubén Chacón con un electo de ocho actores integrantes de la compañía La Fragua Producción escénica.

Tomando como punto de partida la obra Ricardo III, de William Shakespeare, este creador escénico explora en esta obra un paralelismo entre los métodos usados para llegar al poder en aquellos tiempos del imperio británico y el período caudillista mexicano que derivó en el régimen que sigue imperando en esta patria.  

El autor pretende, por medio del universo de Shakespeare, describir las ambiciones que caracterizaron a quienes buscaron, y llegaron, al poder utilizando métodos deleznables.
En esta producción participan ocho actores y un equipo de producción que lograron un buen montaje que ofrecen los viernes y sábados de octubre y noviembre.
De acuerdo con la información y fotos que amablemente proporcionó Óscar López, algunos aspectos de este proyecto son:

Ricardo III

La ambición sin medida puede llevar a un hombre a realizar actos deleznables con tal de obtener el poder. William Shakespeare crea un monstruo genial, un villano capaz de hacer todo lo necesario para acceder al trono, en la figura del ingenioso y cínico monarca de la casa de York.
Este noble británico recurrió a todo para allanar el camino al poder, inclusive difamar, traicionar y asesinar.

México

En “Lós Relámpagos de Agosto” Jorge Ibargüengoitia pinta a los gobiernos post revolucionarios como refugio de ladrones, cínicos, oportunistas e impulsivos; más ambiciosos que triunfantes, siempre sujetos a una suerte cambiante y desmedida, metafísica y poderosa. 

Después del asesinato de Madero, las traiciones y asesinatos para posarse en la silla presidencial no tuvieron límite, hasta que Lázaro Cárdenas envío fuera del país al “Jefe Máximo de la revolución” cerrando la época de los caudillos y dando paso al presidencialismo.

El proyecto

Basada en la obra de William Shakespeare se pone en escena una versión libre localizada en algún municipio de México durante la primera mitad del siglo XX. Respetando la esencia de la obra y del personaje se explora un paralelismo entre la obra del escritor inglés y los métodos caudillistas para hacerse del poder en México. Se describe por medio del universo de Shakespeare las ambiciones que caracterizaron a los caudillos que construyeron el modelo político que aun rige a nuestro país.

La obra

Esta no es una adaptación de Ricardo III, tampoco es una obra histórica. Es una reinterpretación de diversos hechos históricos y humanos a partir de Ricardo III y la revolución Mexicana.
Es un esfuerzo por entender como un país completo está a merced de un grupo cuyo objetivo, al parecer, es enriquecerse sin medida. No se puede explicar en una obra, pero podemos contar una historia que desafortunadamente está basada en hechos reales e históricos.

Síntesis

Después de acabar con el último reducto de gavilleros que azotaban el norte del País, el General Reinaldo Tejada planea abrirse paso hacia la presidencia de la Republica y si para lograrlo debe asesinar, traicionar y difamar, no se tentará el corazón para hacerlo.

Los actores de “Sifonía para un dictador” son Miguel Flota, Rafael Cerecedo, Lupita López, Javier Sansores, Karla Uriarte, Andrés Várguez, Adriana Gómez y Yoluayel García.

En el diseño del espacio escénico participó Luis Manuel Aguilar “Mosco”, y en el vestuario la casa Evans & Charm que dirigen Charm de Urquijo y Rocelia Evans. En la coreografía colaboró, Susana Campos; en asesoría dramatúrgica, Saúl Enríquez; en utilería, La Fragua Producción Escénica junto con Factotum Colectivo Escénico, y en la asistencia Raúl y Diana López. (Mérida Cultura)

domingo, 12 de octubre de 2014

Nuevo proyecto de Nelson Cepeda



 

Tres actores en una obra que reflexiona sobre teatro y política.


Los amantes del teatro que quieran ver buenas actuaciones y observar el peso de la mano de un buen director deben acudir a ver la versión de “El Neva” que Nelson Cepeda Borda estrenó este sábado 11 en el Daniel Ayala Pérez.


Hay unas obras que se prestan más que otras para el lucimiento del elenco, son oportunidad para que cada actor muestre sus aptitudes. Esta es una de ellas. La única escenografía es una silla, todo el ambiente, incluyendo el atuendo de los intérpretes, es negro y gris. En ese marco de limitaciones la gesticulación, las expresiones, los movimientos, el desplazamiento, la voz, el ritmo tienen que ser como luna llena en noche sin estrellas para que atraiga las miradas y seduzca  con su belleza.

Los tres artistas que participan en esa obra y el talento de Nelson, apoyado de recursos lumínicos y musicales aportados el equipo técnico, logran que se consiga ese propósito.
Glendy Cuevas, María Daniela Ramírez y Luis Yamá son los jóvenes actores que son puestos a prueba en este nuevo proyecto de Borba Teatro, todos ellos con experiencias anteriores de haber sido dirigidos por Nelson. 


Glendy participó a principios del año en Dies Irae (Días de ira), el espectáculo de danza que estuvo presentándose en el teatro La Rendija. Ahora se luce de nuevo con este trabajo que le trae nuevas exigencias.

María Daniela realiza un buen trabajo dramático, utiliza bien los recursos corporales, su personaje transmite emociones.

Por su parte, Luis tiene una gran voz y presencia, seguramente fue alumno destacado en la escuela de actuación, realiza un buen trabajo.

En esta obra los tres tienen que representar distintos papeles. No es una prueba sencilla pero es magnífica para lucirse.

“El Neva” es una dramtur del chileno Guillermo Calderón basada en hechos reales, la revolución soviética en los primeros años del siglo pasado. Sirve a su autor para reflexionar sobre el teatro y acerca de la arrogancia, humildad y preocupaciones de quienes viven de esa profesión. También expone ideas políticas. Todo ello con diálogos dramáticos y sarcásticos.


La historia se desarrolla en San Petersburgo, en 1905, en un teatro a orillas del río Neva. Tres actores se reúnen para ensayar la obra  “El jardín de los cerezos”, de Antón Chejov, mientras en las calles las tropas reprimen una manifestación de trabajadores. Hay muertos, entre ellos está el resto del elenco que no llega al ensayo.

Una de las acrices es Olga Knipper, la cuarentona diva de Moscú, esposa del recién fallecido Chejov. Los otros dos actores, Masha y Aleko, más jóvenes, practican con ella escenas y presumen sus habilidades en las tablas. 

Casi al término de la obra Masha expone la arrogancia y vanidad de ese teatro alejado de la realidad política, pide a sus compañeros salir a la calle y ver el violento fin del régimen.
-Afuera hay un domingo sangriento, la gente se está muriendo de hambre en la calle y tú quieres hacer una obra de teatro –le espeta a Olga.


En el estreno de este nuevo trabajo que nos trae Nelson Cepeda observamos que los actores, el director y los integrantes del equipo técnico  permanecieron en la puerta del escenario despidiendo al público. Es una imagen similar con la que comienza “El Neva”, con Olga Knipper expresando su temor de haber hecho un mal papel en una escenificación en la que ella acaba de actuar y recibiendo falsos elogios de los asistentes que mienten porque ella es la esposa del gran escritor ruso.

-Me van a esperar a la salida para abrazarme –dice Olga–. Y yo, con halo de perfume cubriendo el olor a sudor que hiede toda actriz, agradeceré al tiempo que pregunto:  ¿les gustó? ¿Lo dicen en serio? (Mérida Cultura).

jueves, 18 de septiembre de 2014

¿Cómo vemos a la mujer?


 

 

Comenzó la temporada de una obra de teatro que aborda ese tema


El papel que tiene la mujer en la sociedad es un tema que ha sido abordado por el teatro pero que sigue atrayendo a los dramaturgos y directores escénicos interesados en hacer nuevos planteamientos al respecto. 
El tema es la mujer.

No hace mucho un grupo teatral puso a tres actrices en el Centro Cultural Olimpo a exponer ese asunto pero desde el punto de vista laboral, y la noche del pasado miércoles 17 otra terna distinta presentó en el mismo sitio las creencias, estereotipos y prejuicios que hay entre la población acerca del sitio que corresponde a la población femenina en la comunidad.
Las actrices con Jair Zapata.

Con una dramaturgia y dirección de Jair Zapata la compañía Viajante Teatro debutó con “Testimonios de una mesa”, una obra que combina elementos de teatro, danza y música para exponer diversos aspectos sobre la mujer de nuestros tiempos y sus luchas y preocupaciones de acuerdo con el ambiente en que se mueven en las zonas urbana y rural. También se habla de cómo ella es vista por algunos sectores de la sociedad.
Aleandra Artoytia y Elié Uc


Eso último se puede apreciar en las letras de parte de las canciones de populares artistas y en la música de grupos que se utilizan en esa representación.


Para plantear todas esas ideas Jair Zapata recurrió a varios cuadros en los que las tres actrices asumen distintos papeles, lo cual permite apreciar las cualidades que cada una de ellas tiene en las tablas. En parte de las escenas los planteamientos se hacen en forma cómica, en otras se recurrió a la sátira y en otras más se usaron recursos dramáticos.
Alejandra Argoytia


El elenco lo forman Alejandra Argoytia,  Elidé Uc y Karla Franco. La primera de ellas ya es conocida por su trabajo actoral e incluso incursionó como directora, el año pasado debutó con “Foto de señoritas y esclusas”, una obra del argentino Arístides Vargas en la que trabajó junto con Elidé, otra actriz que ya acumuló intervenciones en variados proyectos escénicos. Elidé es egresada de la Escuela Superior de Artes de Yucatán.


Karla Franco.
Karla Franco es una joven actriz también egresada del ESAY y cuyas cualidades profesionales generan que sea invitada a proyectos como el que ahora comentamos. 


El público que acudió al inicio de las presentaciones de “Testimonios de una mesa” se mostró receptivo a este nuevo proyecto de Jair Zapata en torno a prejuicios, clichés, circunstancias y estereotipos que hay sobre la mujer, en particular al problema del machismo que todavía es acentuado en un sector de la sociedad y al cual contribuyen mujeres debido a factores que las rodean o los ambientes en que crecieron y fueron educadas.


Esta obra se repetirá este jueves a las 9 de la noche en el Centro Cultural Olimpo, donde seguirá presentándose hasta el día 23 de octubre. (Mérida Cultura).

sábado, 6 de septiembre de 2014

El brillo de una luciérnaga en la oscuridad



 

Poesía, drama, risas y reflexión en una obra que nos traen una colombiana y un argentino.


El Centro de Investigación Escénica El Teatrito ofrecerá este domingo la última de las tres presentaciones de una obra divertida, con mucha poesía y metáforas y una gran carga emotiva. Se trata de La Soledad de las Luciérnagas, un proyecto escénico que recorre Hispanoamérica desde hace dos años y que culmina ese ciclo en México.


Las emociones que transmite ese montaje y la gran actuación de la pareja de actores son elementos que permiten la aceptación general del  público en los distintos países donde se ha presentado este trabajo.

Sin ninguna escenografía pero con muchos recursos teatrales y de iluminación se presenta una historia contada con hilvanados fragmentos que pasan por la comedia, al drama, la ironía, la sátira y la introspección. Para los actores resulta un reto pasar rápidamente de un pasaje a otro. En un momento la escena es risueña y enseguida salta al drama, o al revés.

Uno de los actores es el argentino Víctor Stivelman, quien también es acordeonista y en varias partes de la obra usa este instrumento para remarcar  la carga emotiva de los diálogos. No tiene estudios formales de teatro, sus conocimientos los generó trabajando con distintos grupos  artísticos desde que él era un adolescente. En esta obra interpreta a un joven profesor inconforme con el sistema educativo orientado a domesticar más que generar estudiantes libres, reflexivos y felices.

La otra participante es la actriz  colombiana Alegría Cáceres Benavides, graduada en actuación, y con un buen camino recorrido en el mundo de las tablas. Le correspondió representar a una maestra también descontenta con el esquema docente que no enseña las cosas importantes de la vida, como son aquellas relativas a los sentimientos, la relación entre las personas, el sentido de la existencia, la soledad, el amor…

En esta historia los dos profesores se conocen, se enamoran y se unen. Al cabo de 20 años tienen los problemas matrimoniales de muchas parejas que llegan a esa etapa conyugal. Los dos personajes de esta obra están bien construidos. 


Según la información disponible, los dos actores escribieron el guión junto con el argentino Arístides Vargas, actor, director y dramaturgo. En el texto hay frases interesantes, poéticas y reflexivas. “¿De qué se ríe la sandía cuando la asesinan?” “¿De qué sirve tener mucho conocimiento si no hay riqueza interior?”  “Una flor vuela de pájaro en pájaro”… 

En una entrevista al periódico colombiano Página 10.com,  Stivelman dijo que el nombre de esa obra teatral es una metáfora. Las luciérnagas siempre están solas pero tienen un brillo propio que no apaga la oscuridad de la noche. Dentro de un sistema educativo las luciérnagas son esos intentos de innovación educativa para que los niños no sólo adquieran conocimientos sino que también sean capaces de crear e imaginar. La noche negra representa al sistema capitalista que arrastra a esas pequeñas luces de nuevas ideas.


Los dos actores citados son parte de la Compañía de Teatro Puentes Invisibles. Quienes acudan a verlos este domingo podrán platicar con ellos porque al terminar la obra regresan a escena para responder a preguntas del público.

Las fotos que acompañan a esta nota fueron obtenidas en internet. El personal de El Teatrito no permitió tomar fotografías durante la función porque, según indicaron, así lo pidieron los actores. Sin embargo se permiten las fotos durante el diálogo de aquellos con el público, después de la función, tal como lo muestran las gráficas donde ellos aparecen sentados en el piso. 

Otra cosa más: El Teatrito no cobra la entrada, pide al público después de la función una contribución voluntaria que se deposita en un sombrero colocado a la salida. Este teatro está en Chuburná de Hidalgo, a dos cuadras de la calle 60 norte, la vía de acceso está a cinco cuadras de Costco. La dirección exacta es el cruce de las calles 25 y 14. Teléfonos 2 89-01-29  y celular 9991- 78-07-96. (Mérida Cultura).