Carlos Medina |
“Leaving USA” aborda el fenómeno migratorio.
Se dice que
en estos tiempos de la crisis económica los monólogos son una buena alternativa
para montar una obra teatral con escaso presupuesto. Esto es falso. En México, y en Yucatán en particular, el
teatro siempre ha estado falto de dinero, y sobrado de talento.
Y una causa
de esto es la falta de públicos debido a la mala calidad de la educación en
el país, la cual se refleja en una
ausente sensibilización artística de los estudiantes.
Los
monólogos no son opción barata para los teatreros, son desafío. Y para el
público amante del teatro esas presentaciones unipersonales son parte de los
sabrosos géneros escénicos que puede disfrutar.
Las
reflexiones anteriores surgieron a raíz de las nuevas presentaciones de
“Leaving USA. Bienvenido a México”, una comedia regional escrita y dirigida por
Gilma Tuyub y actuada por Carlos Medina. Estuvo en cartelera en el teatro
“Daniel Ayala Pérez”.
Este trabajo
no es teatro regional yucateco, es una agridulce reflexión sobre un drama humano común entre la población rural de
México y Centroamérica que cruza ilegalmente la frontera norte en busca de
dólares y oportunidades que no hay en la propia patria.
Aunque la
obra termina en tragedia tiene tratamiento azucarado para que el espectador no
se quede con el mal sabor que deja esa medicina de recordar las desgracias
sociales de nuestro suelo latinoamericano. Este proyecto escénico es anecdótico
y sencillo, no expone el espanto,
corrupción, crimen y muerte que hay en el
fenómeno migratorio. Sólo deja ver una de las heridas que este causa.
Al igual que
todo trabajo unipersonal, este monólogo permite apreciar la madurez y recursos
profesionales del actor que se someten a este desafío de exponer una historia,
crear ambientes y generar acción, emoción y expectación en las tablas en vez de
aburrir con la simple narración de hechos.
Carlos
Medina tiene varios años en este oficio, consiguió, como exigen los trabajos
unipersonales, mostrar a los demás personajes de la historia, los cuales están
presentes pero son invisibles para el público. Si bien hay pasajes donde
convendría dominar mejor la representación, sus pericias de voz, corporales y
de gesticulación fueron suficientes para cumplir con lo que pide el papel en
este caso.
Gilma Tuyub |
Los
monólogos, como ya dijimos, exponen también a los dramaturgos. Este tipo de
textos requieren un tratamiento adecuado para conseguir los objetivos
dramáticos del caso. Gilma Tuyub conoce esos secretos, sabe generar los
mecanismos de evocación, maneja el uso de los interlocutores imaginarios y sabe
generar el ritmo para que la narración
trascurra con coherencia.
La actriz y
directora teatral posee además conocimiento sobre el modo como la humilde gente
del interior del estado, muchas veces
casi analfabeta, se comporta y se expresa, y las tradiciones que mantienen las familias
y poblaciones rurales. Esta herramienta fue usada para crear el carácter del
bracero que, al buscar en el extranjero
aquello que no tiene en México, pierde todo: esposa, hijos, hogar y vida. (Mérica Cultura).