El teatro clown unipersonal de Daniel Gallo llegó a Mérida.
Hacer teatro es
correr riesgos. Y uno de ellos es tomar personas del público y subirlas al
escenario para improvisar con ellas.
Para salir airoso de ese peligro hay que ser actor
experimentado, saber cómo manejar a la audiencia y observar y aplicar la psicología para
elegir al individuo adecuado y controlarlo sutilmente cuando él esté en escena.
De este modo, aquel colabora en vez de
dar al traste con el plan.
En el trabajo de los payasos tipo “clown” es obligatorio ese
contacto con el público, no hay esa pared que separa a este del escenario.
Por
tanto, en todas sus obras la contingencia y la fatalidad son amenazas
permanentes.
El lance es mayor cuando el trabajo es unipersonal.
Aproximarse al
peligro es el alto costo de generar risas en este tipo de teatro.
Este martes 29 por la noche vimos esto nuevamente en el trabajo
de Daniel Gutiérrez Sánchez, actor integrante del grupo de cuenta cuentos Morus
Lokus Clown, de Quintana Roo.
Este artista visitó esta ciudad para presentar en
el teatro “Daniel Ayala” su trabajo unipersonal “¡Jaleo!”, un divertido
espectáculo del género clown.
Daniel Gutiérrez muestra dominio de la técnica
clown, cumple las reglas básicas
de este teatro silente y ampliamente visual, tiene control de las posturas corporales, su gesticulación es
amplia, sabe aprovechar las circunstancias para improvisar y consigue ese
diálogo escénico con el público, quien premia con risas su audaz trabajo.
En esta obra subió al escenario a siete personas del
público, en distintas etapas del desarrollo de aquella.
Maniobró con
inteligencia para que estos actores improvisados fueran por momentos el centro
de atracción y de las carcajadas, pero
sin quitarle a él la pesada carga del protagonismo que recae en todo aquel que se aventura en el
teatro unipersonal.
Este actor visitante también dejó a su vez el
escenario para mezclarse con gracia entre
el público para realizar esa búsqueda
difícil de la persona ideal para compartir con él las tablas.
El libreto al que recurrió para su trabajo escénico en
“¡Jaleo!”es sencillo. Las frutas y
verduras que tenemos en caso no son sólo alimentos, pueden servir también para
divertir.
En este ejercicio teatral recurrió a plátanos, manzanas, tomates,
melones, una sandía y coles para crear situaciones con sus improvisados actores
y actrices.
Con una dama representó un enamoramiento que comenzó con cena
romántica y serenata y terminó con ducha y cama.
Según averiguamos, el
nombre artístico de este actor es Daniel Gallo Le Coq. Además de clown, es
diseñador gráfico, tiene más de 15 años en las artes escénicas y su trabajo se enfoca principalmente a los
niños, a los cuales busca divertir y transmitirles valores.Gracias a la calidad de su trabajo, este artista radicado en Cancún ha recibido becas del Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).
Daniel no es ajeno a
Mérida, el año pasado estuvo en esta capital para ofrecer en el Centro Cultural
Fuera de Centro un espectáculo infantil de cuenta cuentos. Esperamos que
regrese pronto. (Mérida Cultura).