El circo llega al teatro y lo convierte en divertida playa.
Se dicen cirqueros y acróbatas pero no
actores, y sin embargo hacen ambas cosas: circo y teatro. Y lo hacen bien, en
forma divertida y original. Ellos son los integrantes de Curioso Circo, un
grupo de defeños radicados en Mérida y dedicados al entretenimiento mediante
trucos circenses.
Posteriormente se integraron a los
espectáculos circenses y clases de circo organizados por el Ayuntamiento para
enriquecer la oferta cultural que se brinda a los meridanos y los turistas.
Así, Curioso Circo recorrió colonias
populares y comisarías, actuando en parques y canchas deportivas. Los espacios
públicos son su escenario natural. Son de esos artistas que prefieren el
contacto directo con el público. Para esas presentaciones montaron un espectáculo
que denominaron “Aprender a nadar”, el cual ya cumplió con varias funciones
exitosas en el Centro Cultural Olimpo y está por cerrar otras en Tapanco Centro
Cultural.
El argumento de Aprender a Nadar es sencillo.
Tres amigos acuden a la playa para disfrutar del sol y el mar y, de paso,
enseñar cómo meterse al agua sin peligro. Este pretexto basta para hacer
acrobacias y malabarismo con pelotas y clavas, que son las atracciones clásicas
del circo.
Otro integrante de la compañía es Daniel
González Duarte, un alto y atlético malabarista originario de Tlalpan, una de
las regiones más grandes del D.F. Tiene el don circense, domina el monociclo y varias
ejecuciones y combinaciones de malabares utilizando manos, brazos, cabeza,
hombros, pecho, cuello y pies.
Uno de esos espectáculo se denominó “Próxima
estación…un viaje al circo”, la historia se desarrolla en el Metro de la ciudad
de México, y en ella dos de los actores hacen de invidentes.
La próxima presentación de “Aprender a nadar”
será el próximo 25 de este mes, a las 12 del día, en el Centro Cultural Tapanco.
El circo no muere, es un espectáculo familiar que divierte tanto a los niños
como a sus papás. (Mérida Cultura).