De un hecho real se elaboró aplaudida obra
teatral cuyas últimas funciones son hoy y mañana.
¡Corran a verla, no se la pierdan! Este es la
recomendación que hacen todos después de ver El Eclipse, la más reciente obra
producida por el talento creativo de Conchi León, actriz, dramaturga y
directora teatral.
Esta señora de las tablas nos sorprende ahora
con un teatro que rebosa poesía, tragedia y símbolos, combinados con originales
recursos escénicos para capturar al espectador, retenerlo con la trama y no
soltarlo sino hasta que los aplausos rematan la actuación de los seis actores
en escena y premian el trabajo estético y literario de su autora.
El Eclipse tiene varios elementos que lo
hacen singular. Es un análisis de arraigadas creencias de la población rural derivadas
de la ignorancia y la superstición. También es un bien logrado ejercicio de
recurrir al teatro para hacer denuncias.
Otro aspecto más es que el lirismo de varios
pasajes de esta presentación y la fatalidad que cae sobre los personajes
generan un descarnado choque que impresiona al público, advertido antes del
comienzo de la función sobre la desdichada historia verídica en la que se basó
Conchi León para escribir esta obra.
Otro factor más a su favor es el exitoso
manejo de las posibilidades teatrales que tiene la obra. Las alegorías y los
signos apuntalan la dramaturgia.
Todo lo anterior sería un andamiaje inseguro
sin el elenco que se esfuerza por regalar buenas actuaciones. Es interesante
ver a Raúl Niño despojado de su popular personaje de teatro regional Salma
Salomé y asumir ahora un trabajo dramático. Andrea Herrera realiza una
convincente representación de un anciano h’men (brujo). Gozamos a la
experimentada Laura Zubieta, compañera de Conchi León en otras peligrosas
aventuras teatrales de esta, y saludamos
el responsable trabajo de Miguel Flota, actor frecuente en proyectos de
calidad.
Además constatamos los méritos qué le valieron a
Oswaldo Ferrer ser becario del Programa de Creadores Escénicos del
Fonca-Conaculta, y nos sorprendió gratamente el desempeño que tuvo la joven
actriz Verónica Castillo.
El eslabón que cierra toda la cadena anterior
es el timón de Conchi León y su precioso trabajo literario en este proyecto.
Esa obra está inspirada en un hecho real, el
impune asesinato de un bebé porque el curandero del pueblo predijo que estaba
endemoniado y debía ser sacrificado cuando naciera. Conchi León tomó esa
tragedia para armar otra semejante con un final distinto.
En este caso un eclipse, el fin del
calendario maya, malas cosechas, copiosos temporales y otros elementos
naturales son traducidos en la superstición como enojo de los dioses que sólo
pueden ser calmado con el sacrificio de un guerrero. Una madre ignorante,
influenciada por el h’men, una hija rebelde con un embarazo no deseado, una
defeña radicada en Yucatán y tres hombres de pueblo marcados también por
costumbres y creencias populares se mezclan en una historia que entrelaza
elementos prehispánicos y contemporáneos.
Debido a eso último, antes de la función se
prepara al público, mediante ingenioso recurso, sobre el significado de
palabras mayas usadas en los diálogos. Para disfrutar esta propuesta escénica
el espectador debe concentrarse, estar atento a los textos y la simbología. La
obra cierra con un mensaje, una invitación a la reflexión.
Lamentablemente sólo quedan dos
presentaciones más de El Eclipse, con clasificación para adultos. Una de ellas
es este sábado a las 8 de la noche y la otra mañana domingo a las 7. Ambas en
la Casa de la Cultura del Mayab (Casa de las Artesanías).
Por lo tanto, si
desea verla y hacerse una opinión propia al respecto entonces acuda a
presenciarla. Los boletos son a $80 y $50. (Mérida Cultura).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario