Obra de dos horas, en verso, y escasamente montada.
Durante la temporada en que se presentó la obra El divino
Narciso siempre se agotaron los boletos. Por ello, esta vez que hubo una
función especial recurrimos a la Casa
Blanca, el Kremlin y el Vaticano para que movieran sus influencias y nos
consiguieran un asiento.
Parte del trabajo que Raquel realiza es un teatro abundante en sensaciones, va dirigido a impresionar los sentidos más
que a mostrar formas teatrales convencionales fácilmente identificables.
A esas dificultades para montar la obra hay que agregar el
complejo modo como Juana de Asbaje escribió El divino Narciso, la cual es
calificada por expertos en literatura
como un original, formidable y perfecto trabajo, pero que exige mucha
concentración para entenderlo y disfrutarlo.
Retos para el montaje.
La poesía de Sor Juana Inés de la Cruz es genial, hermosa,
pero demanda esfuerzo mental para beber su almíbar.
Los autos sacramentales eran representaciones populares en
el México novohispano, y la escritora mexicana
elaboró tres de ellos. Uno de estos es El divino Narciso. Este trabajo va antecedido de una loa, pieza
corta en verso que se usaba como preludio.
Y los sorprendió enviando a parte de ellos al cielo y otros
al infierno, según se les dio a elegir antes de ingresar al teatro.
Profusos recursos.
La presentación es abundante en recursos teatrales y
escenográficos. Hay música en vivo, danza, canto, techos que se mueven y efectos de luz, viento y sonido. Además hay
espejos, sombras, linternas, espuma, tela plástica proyecciones y actrices con
varios vestuarios moviéndose abajo, enmedio y arriba y en unos casos con ramas
en la cabeza.
También se usan desnudos totales, lo cual no es una táctica nueva
en Raquel Araujo, ya los ha utilizado en otras ocasiones.
Para este complicado montaje el equipo de apoyo superó en
número al elenco, hubo más gente detrás
de escena que frente al público. Colaboraron unas 40 personas, incluyendo a los asesores
literarios.
La poesía de Sor Juan Inés de la Cruz es un manjar para
intelectuales, y el teatro expresivo, de percepciones, que practica Raque
Araujo es una vianda para quien gusta de
este género escénico. (Mérida Cultura)