El desafío de ofrecer una versión original del gran poeta y dramaturgo inglés.
Desde que el director de teatro Paco Marín y un grupo de
actores formaron hace cinco años la Compañía Caballo Azul aceptaron todos ellos
el desafío de llevar la poesía a escena mediante obras escritas en verso. Tal
como ellos mismos reconocen, es una empresa difícil tanto para quienes
representan los papeles como para el
público.
Ligia Aguilar y Alfonso García |
La complejidad radica en que el director y los actores deben
lograr transmitir el mensaje recurriendo a diálogos versificados, lo cual
implica para estos últimos mayor esfuerzo nemotécnico y concentración en la
representación. La meta es más ardua si la escenificación es un drama.
El público a su vez debe estar atento de no perder los
diálogos y seguir el argumento al tiempo que capta y disfruta la composición
literaria de los textos.
En su más reciente proyecto, la Compañía Caballo Azul
recurrió al poema Venus y Adonis, del venerado dramaturgo inglés William
Shakespeare, para ofrecer una versión de esa dramaturgia con versos blancos
elaborados por Paco Marín.
Se presentó en el Centro Cultural Olimpo |
Este proyecto hizo una temporada de presentaciones y
regresó el fin de semana pasado al Centro Cultural Olimpo como parte del
programa del Mérida Fest que anualmente se realiza para celebrar el aniversario
de la fundación de la capital yucateca.
En la obra de Shakespeare el joven Adonis está más interesado
en la cacería del jabalí que en los ruegos amorosos de Venus, la cual consigue
finalmente amarlo pero después lo pierde para siempre.
Laura Zubbieta y Randia Escalante. |
En esta obra el director desplegó básicamente dos recursos
para ofrecer una traslación de Venus y Adonis, recurriendo al mismo autor
británico y otras famosas creaciones suyas.
Una de esas estrategias fue
recurrir a la danza y al movimiento
corporal de los actores. En ello Paco Marín se apoyó en la experimentada
bailarina y coreógrafa Ligia Aguilar Cáceres, ganadora de premios de danza
contemporánea.
Ligia Aguilar y Alfonso García |
Ligia realiza un extenuante trabajo en esta presentación
pues no se detiene durante toda la obra. Mostró una condición física
sobresaliente y lució sus habilidades en el baile.
Le correspondió ser la Afrodita que cae en el enamoramiento
y que se angustia después por no lograr el interés de Adonis. Posteriormente, una vez aceptada, disfruta el amor carnal de
este, pero más adelante sufre al perderlo en la cacería del jabalí.
Ella y Alfonso García
Medina (Adonis) permanecen todo el
tiempo solos en el centro de la escena, excepto al inicio de la obra en
que Shakespeare (Miguel Angel Canto) presenta a los personajes que creó.
Randia Escalante |
El segundo recurso del director fue poner las palabras y
sentimientos de Venus en tres mujeres de
distintas edades y circunstancias, todas sacadas de la literatura del bardo de
Avón. Una de ellas es Lady Macbeth (Laura Zubieta), de la tragedia Macbeth
sobre la traición y la ambición
desmedida.
Otra más es Titania (Randia Escalante), criatura orgullosa, es la Reina de las Hadas en la obra Sueño de una Noche de Verano. La tercera es
Julieta (Andrea Urbán), personaje de una de las historias de amor –Romeo y
Julieta- más conocidas de la literatura británica.
Andrea Urban |
Las tres permanecen en segundo plano, desde una posición
elevada, expresando la variada naturaleza del amor y los sentimientos que lo
acompañan, entre ellos el dolor.
El libreto incluyó elementos de del cuento Everything and
Nothing (Todo y nada) del literato argentino Jorge Luis Borges. Fueron usados
en el epílogo que bajó el telón.
Miguel Angel Canto. |
Al igual que en otros
trabajos de Paco Marín se elogia en este proyecto sus recursos lingüísticos y
escénicos que ya le generaron un estilo teatral propio, identificable. Y se
pondera la capacidad del grupo de actores que lo acompaña en esta audaz
aventura de plantear una versión propia del ya muy explorado William
Shakespeare.
El tipo de iluminación usada en esta representación y la
distancia entre los actores y el público impidió a este apreciar el buen trabajo
que hizo en materia de vestuario la casa Evans y Charm, a la cual han recurrido
en otras ocasiones otros teatreros. Resalta en particular el diseño de las
prendas femeninas.
En este nuevo trabajo de la Compañía Caballo Azul también
intervinieron Rafael García Medina (una breve aparición, como una sombra),
Jorge Escalante (escenografía) y Erick Baqueiro (música).
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