Paco Marín expone de nuevo Gatos Amarillos al juicio del expectador.
Si te gusta la poesía y el teatro entonces
acude a ver Gatos Amarillos, un proyecto teatral del director y
dramaturgo Paco Marín que regresa en nueva temporada, esta vez en el Centro
Cultural Olimpo.
Esa obra, presentada el domingo pasado,
combina tres elementos que con frecuencia conviven en el escenario: la lírica,
la relación entre hermanos y la presencia sensual y provocativa de una mujer.
Con esos ingredientes se elaboró la
dramaturgia de Gatos Amarillos. En ella hay diálogos poéticos, metáforas y
frases de mucho lirismo (“Mi soledad no es una cárcel, es un abismo”) salidos
de la envidiable pluma de Paco Marín. Hay además dos hermanos que se quieren
pero también pelean y se recriminan, como los gatos. Y también tenemos el
fantasma de la actriz y cantante francesa Alice Prin, quien falleció en los
años 50 y ganó fama por haber sido modelo de fotógrafos y pintores europeos.
A los 17 años de edad ella posó desnuda por
primera vez para uno de sus amantes. Se le conoció como Kiki, la reina de
Montparnasse, el barrio parisino de bohemios y artistas.
En esta obra los dos hermanos deliran con
ella. Pero la ven de distinto modo, y reciben de ella mensajes diferentes. En
la escena hay además una especie de hada que abre una ventana mágica que permite
ese enlace entre los jóvenes con el espíritu de la artista.
La historia transcurre cuando los dos
hermanos compiten entre sí en una cancha de basquetbol. Ahí ocurren las
apariciones oníricas y se expresan los sentimientos de los muchachos. Debido a la
incorporación de Kiki de Montparnasse en esta historia, la obra comienza con un
diálogo en idioma francés, y termina aludiendo a la seductora parisina.
Nos pareció que, si bien hay cinco buenos
actores en escena, faltó más esfuerzo actoral o dirección tenaz para que la
exposición de los textos no parecieran recitaciones. Esto se observó sobre todo
en los dos actores principales, quienes son hermanos en la vida real, Alfonso y
Rafael García Medina, el primero de ellos egresado de la Escuela Superior de Artes
de Yucatán y quien debutó como dramaturgo en “Días de ira”, obra teatral a
cargo de la compañía Caballo Azul, la misma que montó Gatos Amarillos.
Lo anterior dificultó tener claro el
argumento y la historia que se quiere plantear. Entre el público hubo quien
comentó que perdió el hilo de la trama y por ello le pareció aburrida la
función.
Este grupo de actores ha trabajado en otras
ocasiones con Paco Marín, son parte del grupo Caballo Azul. También se han
lucido en otros trabajos y con otras compañías.
Laura Zubieta es quien encarna a la Kiki de
Montparnasse en decadencia, la actriz acabada por los años y el alcohol.
Zubieta es una profesional que ha hecho drama, melodrama y comedia. En esta
ocasión también le toca cantar.
Ella pisa con dominio cualquier escenario,
puede hacer reír en una tanda de teatro regional yucateco, o bien generar
sensaciones y reflexión en otros géneros, como ocurrió con “Mestiza Power” y
“Después del Eclipse”, dos obras de la dramaturga Conchi León en las que
intervino.
A su vez, Andrea Urban, quien es actriz y
bailarina, representó a la Kiki juvenil, provocativa y sensual.
El estilizado
cuerpo de esta profesora de danza contribuyó a proyectar el voluptuoso papel
que le correspondió.
Entre las últimas intervenciones que Andrea Urban ha
tenido en danza está “Historias inasibles”, que dirigió Tatiana Zugazagoitia.
En teatro ella ha participado en “Habitar-es”, “Días de ira” y “Asesinado por
el cielo”.
Randia Escalante, la tercera actriz en
escena, es licenciada en Teatro por la Universidad Veracruzana, donde egresó
con mención honorífica. Comenzó su carrera en 2011, desde entonces no sólo
actúa sino que también ha dirigido obras y escrito algunas. Se ha presentado en
Veracruz y el Distrito Federal.
La obra Gatos Amarillos seguirá en cartelera
todos los domingos a las 8 de la noche en el Centro Cultural Olimpo, excepto el
día de las elecciones. Los boletos son a $50 y $25. (Mérida Cultura)
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