Una sátira en forma de pastorela a las realidades políticas de la nación.
"El teatro que no es político es decorativo",
afirma Óscar López, actor y director teatral que, congruente con sus palabras,
trae por tercer año consecutivo una pastorela que esta vez exhibe en forma jocosa a la clase política
del país.
“Lo negro de la casa blanca” es el sugerente
título de esta puesta en escena que se estrenó ayer jueves por la noche en el
Centro Cultural Olimpo, la cual tendrá dos presentaciones más en ese lugar.
Es un montaje de la compañía La Fragua
Producción Escénica, con siete actores que hacen desfilar o vapulean al
presidente de la República y a la cónyuge de este,
también a los diputados, la Secretaría de Gobernación, el PRI y otros partidos políticos más, así como a la ex gobernadora Ivonne Ortega, los aspirantes locales a
cargos de elección, a Televisa y otros protagonistas más de la situación que atraviesa la República.
Además se hace repaso de la crisis económica,
las promesas oficiales incumplidas, los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, la
represión a las marchas de protesta, la economía informal, el sistema
educativo y otras realidades nacionales
y locales recientes.
“En la realización de esta pastorela no fue
lastimado ningún político. Al contrario, ellos han lastimado a nuestro país”,
indica el programa de mano de esa obra dirigida por Óscar López con apoyo
técnico de Adriana Gómez.
En la reyerta teatral que se da entre ángeles,
demonios y pastores para que la Navidad se realice o se cancele, también
resultan zarandeados integrantes de la comunidad artística local.
La ESAY, el teatro Tapanco, la compañía La
Rendija, la Sedeculta e incluso La Fragua
son nombres incluidos en el texto de esta obra que toma la tradición
cultural de las pastorelas que plantean en forma singular la
lucha entre el bien y el mal. En esta parodia el guion se ocupa de los recientes
acontecimientos políticos y sociales de la nación.
Las dos pastorelas que esa compañía teatral
trajo los años anteriores tuvieron el mismo tenor. Sus nombres así lo indican:
“La diabla se viste de Ibónica” y “El diablo tiene copete”.
El hilo conductor
de las historias es el mismo de que caracteriza a esa tradición teatral
mexicana de gran arraigo en el centro del país: el enfrentamiento entre el bien
y el mal, representado por ángeles y demonios que, en ambos casos, deben
recurrir a pastores para lograr sus fines. Por un lado, Lucifer y sus seguidores quieren
evitar que nazca El Salvador y así acabar con la Navidad, pero se enfrentan con
los espíritus celestes que luchan por evitarlo y, como siempre, resultan
victoriosos.
La pastorela es una manifestación teatral
mexicana con gran arraigo en el centro del país, pero es escasa, casi inexistente, en
la península yucateca. En las versiones políticas que ha presentado Óscar López hay
elementos que la acercan al antiguo estilo del teatro regional
yucateco, donde el humor está muy ligado a los personajes y sucesos de la
política local y nacional.
En “Lo negro de la casa blanca” participan el
conocido actor Miguel Flota, su personaje de un acomodador de autos, apodado
El Bato, que es postulado para diputado debido a su escasez de luces, atributos
y competencias. Su lema de campaña es “Vota por Bato, lo mismo pero más
barato”.
Susana Campos hace el papel de cónyuge del
aspirante a legislador, ella es una pobre integrante de un ballet folklórico
que además realiza otros oficios para pagar su humilde casa, una vivienda que
es convertida en mansión gracias a los planes de Satán para acabar con la
Nochebuena. Ella pasa apuros para explicar de dónde salió tanta lana.
En el papel de Luzbel y la diabla Lujuria
están Óscar López y Yoluayel García, respectivamente. Los ángeles son Diana
López (Arcadia) y Raúl López (Argelio). Los cuatro tienen divertidas
intervenciones. También participa Efraín Baas, quien encarna a un líder
partidista.
Esta amena obra se repetirá este viernes 12 y
mañana sábado 13 en el Centro Cultural Olimpo. Los boletos son a $50 y $25.
(Mérida Cultura).
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